Bernabé Crespín (1949)

Bernabé Crespín (1949)

Bernardo (o Bernabé) Crespín nació en San Salvador, en 1949. A los 15 años de edad ingresó a la Academia de Dibujo y Pintura del español Valero Lecha, en la capital salvadoreña, donde permaneció hasta 1970. En ese mismo año partió del país e hizo estancias cortas en Panamá y Colombia, donde permaneció un año “pintando decorados y haciendo retratos.” Una vez hubo ahorrado suficientes fondos para embarcarse, partió a Francia, donde permaneció varios años antes de retornar a El Salvador. Al respecto, Crespín declaró en el Catálogo del Museo Forma: “En París nunca me sentí bien, quizás porque yo era demasiado extraño a aquella gente, además de andar escaso del bolsillo.” También viajó por Finlandia y España. Expuso dibujos en París en 1972 y en El Salvador ha expuesto en la Galería Altamar, la Galería Centro de Artes, Galería 123, Galería Saravia y la Sala Nacional de Exposiciones. En la actualidad, reside en el Área Metropolitana de San Salvador.

Este artista absorbió las lecciones de los grandes pintores impresionistas -como Seraut- y posimpresionistas, como Van Gogh. Su Autorretrato muestra la influencia del artista holandés en su técnica de impasto. Según Manuel Elías, “Su pintura es de colores primarios basa­dos en la técnica puntillista de la Escuela Francesa, otras veces llenos de ricos empastes. También se ha ido afinando y ha tomado el colorido transparente de nuestros paisajes lu­minosos hasta hacer con él excelentes pinturas llenas de prodigiosa imaginación.”

Pinta en óleo y acuarela. Se le considera un gran dibujante en diversas técnicas como la tinta, carboncillo, lápiz y pasteles. Aunque el estilo de los cuadros de Crespín demuestra la influencia europea, el contenido de sus obras se abre al paisaje nacional y bodegones surrealistas que a menudo demuestran sombreros y avioncitos de papel en vuelo. El artista frecuentemente escribe sus pensamientos y sentimientos en los bordes de sus cuadros, creando una ventana de textos que enmarcan otra imagen. Jorge A. Cornejo declara en La pintura en El Salvador que “Bernabé, incorpora como elementos decorativos o formando parte de la estructura del cuadro, ciertos diseños de telas indígenas llenos de dibujos geométricos aparentemente maya en su afán de rescate de nuestra identidad…”.

Autorretrato, 1973, Óleo sobre lienzo, 81 x 60 cm, Colección Janine Janowski

A menudo descrito como “sufrido e introvertido en su manera de vivir,” Cornejo considera que “quizá sería más apropiado usar una nueva manera de explicar su pintura, relacionándola más profundamente con su mundo interior. Bernabé tiene una visión mística de todo lo que lo rodea y cada cosa que pinta es mágica y simbólica.”