F. Wenceslao Cisneros (1823-1878)
Juan Francisco Wenceslao Cisneros Guerrero nació en la ciudad de San Salvador, el 4 de enero de 1823. Desde muy joven dio muestras de gran talento y precocidad. Movido por la incertidumbre del panorama sociopolítico de la época, el 1 de julio de 1842 se embarcó con destino a París, ciudad a la que arribó el 14 de septiembre e inició sus estudios de artes e idiomas. Fue en la capital francesa donde se radicó y relacionó con intelectuales como Louis Blanc, entre otros. Además, estuvo algún tiempo en Roma para estudiar a los maestros del Renacimiento, a la vez que siempre movido por su vocación viajó por diversas ciudades europeas donde pulió y afinó su talento creador.
Tras 13 años de residencia europea y luego de verse encarcelado a causa de su participación en una conspiración contra su amigo Napoleón III, en 1858 debió viajar a México para cumplir un encargo, pero al enfermarse se quedó en La Habana (Cuba), donde permaneció los últimos 20 años de su vida, contrajo nupcias con Clotilde Díaz y dejó descendencia. Allí se destacó como pintor, además de desempeñarse como director de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, aún existente.
Cisneros pintó, dibujó e hizo caricaturas y grabados en Europa y Cuba -destacándose dos grabados que hizo del general Morazán en traje civil y a caballo- y se le considera un claro representante de la pintura posindependentista. Pocas de sus obras se encuentran en nuestro país: una de ellas es La Transfiguración, réplica del cuadro de Rafael Sanzio (el original está en El Vaticano), obra que finalmente fue colocada en el templo de la Inmaculada Concepción (Santa Tecla), destruido por los sismos de enero y febrero 2001. Por otra parte, se estima que podrían existir otras muestras de su obra, aunque sin la firma del autor. Así, se considera como obra suya el retrato del médico salvadoreño Dr. Manuel Gallardo, que se encuentra en la sede de la Fundación y Biblioteca “Miguel Ángel Gallardo”, en la ciudad tecleña.
Falleció en La Habana, el 12 de junio de 1878. En 1912, el gobierno salvadoreño, en un intento de homenajear su memoria, emitió un decreto para repatriar sus restos –plasmado en el Diario Oficial No. 89, tomo 72, del jueves 18 de abril de 1912-, pero esa orden gubernamental no se ha cumplido hasta la fecha.