Violeta Bonilla (1924-1999)
Nació en San Salvador, en 1924. En 1940 comenzó sus estudios en la Academia de Dibujo y Pintura abierta en San Salvador por el artista español Valero Lecha, en la que se especializó en retratos y paisajes. En 1950, después de la muerte de sus padres, emigró a México “porque pensé que como allí estaba el maestro Diego Rivera y los demás muralistas, pues allí debía ir.” En la ciudad de México, se convirtió en asistente del maestro Rivera, con quien aprendió el arte de la pintura mural, a la vez que estudió escultura en la Academia de San Carlos con el maestro Gustavo Gutiérrez y en la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda”, bajo la dirección de José Gutiérrez. Contrajo matrimonio con el mexicano Claudio Cevallos, con quien procrearon tres hijos. En los años 50 regresó a El Salvador, donde continuó con su carrera artística. En 1980, regresó a México y asumió labores docentes de Anatomía Artística y Muralismo en la Escuela “La Esmeralda” y en la Escuela de Teatro y Danza, en la que impartió Dibujo al Desnudo y Anatomía. Al terminar la guerra salvadoreña (1979-1992), regresó nuevamente a El Salvador e impartió clases de pintura desde su casa de habitación. Murió en San Salvador, el 14 de noviembre de 1999.
La influencia de los muralistas mexicanos fue importante en la obra temprana de Bonilla. En México, colaboró con Diego Rivera en la realización de varios murales, entre ellos “La Historia del Deporte” del Estadio de la Ciudad Universitaria, “La Historia del Teatro” de la avenida Insurgentes y “La Historia de la Medicina Actual y de la Medicina Prehispánica” en el Hospital de la Raza. En El Salvador elaboró los murales “La Unión Centroamericana” en Casa Presidencial, “Don Quijote y Sancho Panza” en el Parque Presidencial y “La Danza del Trabajo” en el Complejo Turístico Obrero en la playa de Conchalío.
Su obra mejor conocida en el país es el diseño y elaboración del Monumento a La Revolución, mejor conocido como “La Teja” o “El Chulón,” ubicado al final de la avenida La Revolución, en la colonia capitalina San Benito. Ese trabajo fue hecho en conmemoración de la asonada militar del 14 de diciembre de 1948, que llevó al poder a militares progresistas, cuyo proyecto fue derrocado en octubre de 1960. El diseño de ese monumento muestra un estilo expresionista influenciado por David Alfaro Siqueiros. Construido entre 1954 y 1956 con la ayuda de casi mil personas, el monumento está compuesto de piedras volcánicas de diferentes tonos provenientes de todo el territorio nacional. La administración del proyecto y la recolección de las piedras estuvieron a cargo de su esposo, cuya firma también aparece en el mosaico.
Adicionales a los murales, Bonilla también pintó retratos al óleo y en acuarela con un marcado estilo surrealista, similar a la obra de Frida Kahlo. Poco se conoce del resto de su obra. Exhibió individual y colectivamente, obteniendo algunas menciones honoríficas. Mediante la entrega de una placa, su obra fue reconocida públicamente por la Alcaldía Municipal de San Salvador durante el gobierno edilicio del Dr. Héctor Silva.