Salvador Salazar Arrué (1899-1975)
Luis Salvador Efraím Salazar Arrué, mejor conocido como Salarrué, nació el 22 de octubre de 1899 en una finca familiar del cantón El Mojón (ahora colonia Zedán), en Sonzacate, departamento de Sonsonate. Trasladado con su madre a la cabecera departamental, vivió allí los primeros seis años de su vida.
Trasladado a Santa Tecla y San Salvador, junto con su primo Antonio “Toño” Salazar (1897-1986) recibieron conocimientos básicos de pintura y dibujo en la escuela capitalina dirigida por el moscovita-parisiense Spiro Rossolimo, llegado al país en junio de 1915 y cuya institución comenzó a funcionar en agosto del mismo año. Aunque la falta de recursos económicos le impedía continuar su formación artística en esa academia, recibió una beca gubernamental que le permitió ingresar, entre 1916 y 1920, a la Corcoran School of Art (Escuela de Arte Corcoran, Washington D. C.), fundada en 1869 como el primer museo de arte de la capital estadounidense. En 1918, la japonesa Hisada’s Gallery presentó la primera exposición individual de Salarrué, que se constituyó en el evento inaugural de esa sala de exhibiciones artísticas, abierta en la capital de Estados Unidos.
Interesado por la teosofía y otras disciplinas esotéricas de corte orientalista, fue vegetariano y desplegó una notable obra artística, que entre 1920 y 1960 lo llevó por los campos de la literatura (cuento, novela, ensayo, poesía, teatro, artículo), la caricatura, la pintura, la escultura, la arquitectura, el dibujo, la composición musical y más. De hecho, su trabajo se debatió entre un profundo aporte al indigenismo nacional y la inauguración de las vanguardias en la plástica y la literatura, con marcada influencia de artistas plásticos estadounidenses. De sus trabajos literarios son memorables sus libros Cuentos de barro, Cuentos de cipotes y las narraciones novelescas Oyarkandal, El Cristo negro y Catleya Luna, algunas de las cuales han sido vertidas a formatos televisivos, fílmicos o de dibujos animados.
Agregado cultural de la Embajada de El Salvador en los Estados Unidos, se le permitió, de acuerdo con Hugo Lindo, “… que su oficina fuese trasladada a Nueva York, por ser esta ciudad un centro de
intensísima actividad en el orden de las artes.” A su regreso al país, fue Director de la Dirección General de Bellas Artes de 1964 a 1965 y de la Sala Nacional de Exposiciones del parque Cuscatlán, que él mismo fundó en diciembre de 1959 y que ahora ostenta su nombre.
Casado con la artista plástica Zelie Lardé Arthés, falleció en San Salvador, el 28 de noviembre de 1975, no sin antes prometer que reencarnaría en el año 2043.